lunes, diciembre 20

“Sublimación de actos y Espacios ausentes” Análisis del Hotel Valdivia

clip_image006

Autor: Paloma Estay

Asignatura: Teoría IV

Segundo Semestre 2010

Profesor: Eugenio Ferrer

Ayudante: Rodrigo Ortega

Calificación: Excelente

Introducción

Es necesario comenzar definiendo las razones por las cuales se aborda este tema, y comienza contextualmente desde la pregunta primera “Quien”, es así como por medio del desarrollo de una reflexión psico-social-arquitectónica se logra problematizar un tema que acarrear diversas posturas, tanto opuestas como a favor del mismo.

Me refiero al Sexo, uno de los actos más instintivos y básicos realizados por el ser humano, del cual se deriva la reproducción y gran parte de los lazos sociales en un territorio: “Al hablar del sexo, al descubrirlo desmultiplicado, compartimentado y especificado justamente allí donde se ha insertado, no se buscaría en el fondo sino enmascararlo: discurso encubridor, dispersión que equivale a evitación” ¹, con esa frase Foucault indica las restricciones actuales respecto del tema, en estricto rigor este sigue siendo un caso de confrontaciones ideológicas, donde las diversas posturas se hacen presenta a favor y en contra de él.

Desde esa perspectiva es que la arquitectura toma un rol trascendente, haciéndose cargo de esta necesidad y cómo llevarla a cabo, comenzando con formar espacios adecuados que aseguren una vida sexual por parte de los habitantes, y que no deban llegar a casos como los que plantea José Miguel Cortés en su texto “Políticas del Espacio”, en el que algunos individuos mantienen relaciones sexuales en espacios públicos por no existir lugar aptos para lo mismo. De allí se infiere la pregunta ¿Hasta qué punto la arquitectura se hace cargo de resolver o dar respuesta apropiada a las problemáticas que aquejan a las personas? Por medio del Hotel Valdivia- genera minuciosamente un espacio alegórico ideal que divierte y permite al usuario protagonizar un rol distinto del de su diario vivir: apelando a la fantasía como instrumento fundamental dentro de una lógica compleja que involucra tanto a los sujetos como al espacio físico donde se desenvuelven libremente… “la sombra, lo escondido y lo oculto son condiciones de nuestra libertad” ²

Es respecto de esto que la teoría de Foucault se hace presente: como se sublima el deseo por medio de lo prohibido, como la vigilancia cometida actualmente por la sociedad respecto de los actos de sus pares ayuda a que la sensación de acecho inhiba las ganas primitivas del placer y la excitación, y de este modo apoyar el pensamiento capitalista de la racionalización de los actos, en pos de generar productividad y evitar la pérdida de tiempo en actividades de ocio y goce.

Es de este modo que se determina el caso de estudio, un motel parejero ubicado en pleno centro de la ciudad y que en su complejo interior se puede denotar el marcado contraste. Los tabú en torno a este asunto y la fama virtual del Hotel Valdivia, cómo a partir de un “secreto a voces” es que se puede construir en el imaginario urbano una la realidad y la fina línea que separa la realidad cotidiana de la fantasía son alguna de las temáticas a abordar en este ensayo.

¹ Foucault, Michel: “La historia de la Sexualidad 1: La Voluntad del Saber”

² Cortés, José Miguel: “Políticas del Espacio: Arquitectura, Género y Control Social”

Reconocimiento del objeto: Motel

Parto este ensayo explicando la definición del dispositivo “Motel” y sus inicios, para la comprensión posterior del caso de estudio, y de este modo contextualizar las problemáticas y situaciones a abordar, incluyendo su connotación local y los cambios producidos en el escenario actual en el que se encuentra la región

Estos espacios surgen inicialmente en Estados Unidos, como una solución de descanso para los conductores que viajaban largas distancias (motoring-hotel), ubicándose estos recintos en las carreteras o en las afueras de la ciudad –evitando de este modo que el viajero tuviera que ingresar y buscar alojamiento-, incluyendo como servicios complementarios como duchas y estacionamiento para los automóviles.

En gran parte de América Latina esta concepción se distorsiona totalmente al enfrentar su uso para otros fines, las parejas van a saciar sus deseos sexuales allí, donde lo oculto y lo prohibido marca la pauta en su configuración: se erigen casi espontáneamente en cualquier sector de la ciudad ( preferentemente en las afueras, reafirmando así la calidad de privacidad deseada); desde casas en precarias condiciones y adaptadas como motel de manera muy básica y económica, hasta verdaderos proyectos que insertan en sí la intención de un espacio placentero y estimulador para las parejas. Estos espacios son reconocidos popularmente como parte de la cultura propia de un territorio, siendo aceptada por su carácter de `solución´ a lo que muchas veces se genera en las poblaciones de escasos recursos: viviendas que no se hacen cargo de dar privacidad a las parejas, ya sea por sus dimensiones, materialidad o disposición programática; así también está el caso de los amantes que carecen de lugar para esconderse, etc.

Aunque su reputación es claramente negativa al mantenerse como parte de un tabú, hay excepciones que se exponen para lograr cautivar por medio de llamativas presentaciones o tematizaciones, donde el factor de lo prohibido juega un rol importante al conocer como emergieron estos denominados “espacios para el amor”.

¿Hotel o Motel?

Para referirse al caso del Hotel Valdivia, es necesario incluir las significaciones que particularizan a este Motel. Ya se atisba de manera pregnante en su nombre, un deje de ambigüedad al autodenominarse “Hotel”, como si se tratase de un lugar más para dormir, o parte del cotidiano urbano que quiere ausentarse al ser mencionado, pero realzarse a su vez en su interior y así mismo diferenciarse de sus pares sutilmente, con esto me refiero a que no niega su función, pero la disfraza de manera más “gentil”, entendiendo a su vez que ser denominado “Motel” sigue conllevando una carga negativa en el ideario local.

Partiendo de las condiciones del lugar en el que se emplaza, ubicado en pleno centro de Santiago, más específicamente en la comuna de Ñuñoa -entre la calles García Valenzuela, Avenida Vicuña Mackenna, Avenida Irarrázabal y General Baquedano -una zona dentro de la ciudad conocida por su cluster comercial, industrial y educacional-, se incluye silenciosamente y casi sin avisar, ya que en su fachada no se indica más que en el acceso de su existencia, como una especie de interioridad en su configuración que resalta aún más con su contexto de vida comercial, de vida cotidiana en el núcleo de la capital, como aprovechándose por medio de este factor austero de emplear para sí una “anti-publicidad”, incitando de este modo una especie de curiosidad con su interior, ello reforzado con la imagen de fuera, que da la impresión de ser alguna bodega o lugar abandonado, sin mayores cuidados ni nada… lo que logra interpretarse como un factor totalmente intencionado por parte de los creadores del Hotel, porque de de este modo aumentan la expectación del lugar, y subliman la impresión al ingresar, es este contraste el que ayuda a la ocultación exterior, por un lado, y a la sorpresa interior, por otro.

clip_image007clip_image009clip_image010

Fuente: google earth e imágenes propias

Hotel Valdivia: producción del cuerpo ausente/ presente

Este lugar partió en 1959 con una antigua casa estilo francés comprada por la familia Mella Quezada en Av. Vicuña Mackenna para desarrollar su propia empresa, creándose un hotel que incluyera servicios de hospedaje para parejas que desearan intimidad por algunas horas, ya que de acuerdo al pensamiento y experiencia de la propia dueña, Coralia Quezada “¿Por qué el sexo tiene que ser sórdido, sucio e indecoroso?” ³

De este modo el Hotel inició una idea nueva para la época: habitaciones tematizadas que permitiesen a los clientes disfrutar con toda dignidad, en un espacio limpio e introspectivo disfrutar de lo que las parejas quisieran hacer.

De este modo comenzó a generarse una fama particular, basada solamente en los comentarios y el “boca a boca” de los clientes, siempre a base del ideario de los mismo, dando cuenta del servicio brindado por medio de la opinión que dejaban en su clientela, mostrando una gran seguridad de que lo que ofrecían, era bueno.

Posteriormente el hotel fue creciendo e incorporando mayor variedad y calidad de las habitaciones, hasta lo que es hoy en día: un espacio de 48 habitaciones y 5.000 mts ² con fragmentos de culturas diversas en su interior, un motel reconocido mundialmente por brindar de la mejor manera la recreación de lugares históricamente conocidos, llevando de este modo el tema de la fantasía a otro estadio, materializándola a cabalidad y de este modo modificando su connotación de tabú: brinda una propuesta alternativa al manifestar abiertamente variados espacios que exacerban las más variadas fantasía entorno al sexo.

Y haciendo alusión a diferentes lugares del plantean una oferta muy llamativa para las personas, por salir de la “rutina” de espacios habituales de encuentro íntimo, asimismo por

generar con lujo de detalles un escenario que va más allá del encuentro amoroso.

³ Frase extraída del libro “Hotel Valdivia. El paraíso del Conquistador”, realizado por el propio Hotel

La necesidad inicial desde la cual surgen los espacios de intimación, y como estos han respondido a un factor transversal a aspectos culturales, sociales y político-económicos: la sexualidad humana. Ella se define como la suma de actitudes (y actos) que aluden a la satisfacción de estímulos sensoriales biológicos y como resultado, el deseo sexual ; siendo esto último parte de una compleja red de relaciones societales propias de la evolución del ser humano hasta lo que es hoy en día. Es sobre esto último que se han generado diversas concepciones de la sexualidad para la vida de las personas: en la India, por ejemplo, se considera el Arte Erótico como medio por el cual alcanzar la felicidad al dejar de lado los pensamientos y entregarse de lleno al placer carnal, ya que al afinas los sentidos se logra elevar el nivel espiritual a otro plano. Así también se puede ver el caso en Occidente y cómo el pensamiento religioso procura limitar la actividad sexual a una mera instancia para la procreación, condenando a su vez cualquier indicio de sexo por lujuria o placer físico. Pero lo que si se da de manera genérica es su importancia en la creación de lasos afectivos y conocimiento propio a través del otro, definiéndose inclusive rasgos de la personalidad y comportamiento colectivo.

Es de este modo que el nacimiento de espacios físicos que permitan un accionar sexual con mayor carga de intimidad es a lo que responden los moteles, todo esto dentro de un marco de ocultación, privacidad y constante anonimato, tal como refiere Gérard Wajcman :“la sombra, lo escondido y lo oculto son condiciones de nuestra libertad” .

Frente a ello, este lugar se dispone espacialmente a través de túneles y pasillos que conforman el acceso a cada habitación (las cuales varían entre los 40mts² a los 120 mts ²), incluyéndose sensores de movimiento con sonido para evitar que las parejas se encuentren al ingresar o salir, así también un control al ingreso y espacios cerrados para cada automóvil, además de salas de espera al llegar al hotel, todo en pos de asegurar una reserva de la identidad de cada cliente.

Ya en el interior de las habitaciones esta ambigüedad a la que me refería, se aumenta de sobremanera, enfrentando al usuario a una realidad totalmente distinta, ubicándolo en medio de una selva, o en lo alto de un palacio u oculto en una cabaña, o en medio del mar… amplias y cuidadosas habitaciones se abren para invitar al usuario a experimentar por medio de todos sus sentidos una experiencia sexual sublimada, ya que no solo se procura mostrar un lugar bonito, sino también se complementa cuan experiencia sensitiva el uso de música ambiente, olores y texturas diversas que permitan hacer creer dicha fantasía, así el estímulo de los sentidos en conjunto brinda una satisfacción aún mayor para las personas, tanto a nivel biológico (Las teorías de Freud apuntan a que en la medida que los cinco sentidos se ven involucrado activamente en la relación sexual, este alcanza un mayor grado de clímax para los individuos). Es así como distintos tipos de deseos se ven satisfechos en espacios como el Hotel Valdivia, el deseo de cambiar las conductas cotidianas “probar algo nuevo”, y principalmente el sexual.

Es posible en este punto establecer un paralelo con una idea que replica ciertos rasgos del Hotel Valdivia, pero con otra dirección: me refiero a la ciudad de Las Vegas, donde al igual que en el Hotel, se incorporan elementos de diferentes partes del mundo y se “clonan” en cualquier parte, careciendo así de intencionalidad o lugaridad , solo respondiendo a un interés estético, y más alarmante aún funcionando por medio de un método donde los sistemas espaciales y su lógica estructural están directamente al servicio del programa y lo estético de la edificación funciona independientemente a ellos, tal como Robert Venturi advierte en su libro “Aprendiendo de Las Vegas”, estos aparatos son capaces de disfrazar la intención de terceros aludiendo al simbolismo y contradicción que plantean las obras en esa ciudad: Torres Eiffel, Pirámides y muchas otras cosas propias de culturas distintas son aplicadas en un contexto que se configura y reconoce por tu heterogeneidad incoherente, una cosa va al lado de la otra sin necesidad de arraigo y sin entendimiento de un contexto. Pero están y son aceptadas así, la gente los disfruta y los pide, se maravilla de recrear los sentidos, es eso lo que se busca, estimular la vista y enceguecerla con luces y colores, en pos de lo llamativo y diferente que se puede tornar dicho lugar. Es así como las verdaderas intenciones detrás de dichos objetos logran mimetizarse a la perfección con la imagen que reflejan.

Con lo anteriormente dicho, el Hotel Valdivia se puede interpretar como dos elementos dentro de uno: está el espacio físico construido y tangible, el que maquina y estimula la fantasía sexual de encontrarse en un espacio/tiempo totalmente diferente al “real”, menciono el concepto de real con bastante precisión al referirme a la teoría de Žižek, infiere es preciso diferenciar la idea “real” de “realidad”, como lo plantea en su teoría y tal como se aplica en el caso del Hotel Valdivia, es allí donde se construye una realidad, parte del sistema simbólico de signos legibles por los sujetos que habitan el Hotel, es un espacio construido e idealizado a voluntad, sin tener que formar parte necesariamente de lo “real”, todo aquello que forma parte de su cotidianeidad y que se encuentra fuera de dicho lugar, “sólo existe como algo obstruido”.

clip_image018
clip_image019

Fuente: Fernanda Larraín para el libro “Hotel Valdivia. El paraíso del Conquistador”

Es preciso considerar a su vez los fenómenos que el Hotel Valdivia produce tanto en su interior como en su contexto, haciéndose presente a través del uso de la memoria urbana colectiva: este Hotel dentro de la cultura santiaguina es aún más trascendente que el mismo objeto, su fama supera el acto, básicamente trabajan con el suspenso, o la idea sublimada por las personas. Es así como este caso rompe con la tradición de tabú que tienen los moteles, o más específicamente con las consecuencias que acarrea la sexualidad en la conformación actual del comportamiento de la sociedad, y en base a qué factores se determina a sí misma, y su actuar. De hecho no es necesario haber ido al Hotel para entenderlo o saber de qué trata, basta con los rumores colectivos que alimentan la idea, pero esta se alimenta en susurros, nunca abiertamente: primero por conservar el perfil oculto y segundo porque no estamos insertos en cualquier escenario, nos encontramos en lo que bien profundiza José Miguel Cortés al referirse a las relaciones entre espacio y poder: por un lado cómo los productores de ese espacio manejan las decisiones de los habitantes, en pos de beneficiarse lo que más se pueda y de la manera más tácita posible de ellos.

clip_image021

Idea latente y representada

Dentro del contexto socio-cultural de Chile, en el que el doble discurso se aplica a la realidad cotidiana, el hecho de ir a moteles se sigue entendiendo con un deje de culpabilidad, es como este creciente sentimiento se ve acentuado a su vez con la visión que se plantea desde los estamentos morales y costumbristas de la sociedad contemporánea globalizada, ya que con las dificultades que significa ser mas “natural” en comparación a la creciente necesidad del cuerpo-poder llamado mercado capitalista de racionalizar y controlar en pos de velar por una mejor producción económica, los actos de las personas se ven cada vez más limitados a lo que el poder controlador les determine hacer y no-hacer. Este punto consta de especial énfasis debido a la relación económica con la utilización de la arquitectura como “instrumento represivo y autoritario que imprime sobre los cuerpos un férreo control social”4, ya que en la búsqueda de ganancias, se impide el desarrollo del ocio o actividades placenteras – dentro de lo que se encuentra el

clip_image023

placer y goce sexual- acusando con ello el impedimento y la contención que sufre el habitante para con sus propios deseos, ya que la arquitectura se ha presentado como “una máquina de producir sujetos que se vigilan y contienen a si mismos”5 es sobre esto mismo que el Hotel Valdivia se comporta como un dispositivo contestador a aquella represión insistente de mantener la sexualidad esterilizada y encerrada en el espacio: no es tema ni se piensa ni se actúa para él, simplemente se obvia.

El Hotel funciona como parte de esas limitaciones, de ese control oculto que ofrece el día a día, con esto se contra-producen dos efectos: uno es el ser parte del control y por medio de las restricciones ofrecer una posibilidad de liberarse por un momento de esa vigilancia y control (aludiendo de cierto modo a la teoría de Foucault con el panóptico: no es el espacio físico el que determina, sino que es la idea o representación de ese el que causa modificaciones en las conductas de los sujetos ), para adentrarse en la realidad paralela de interpretar un rol sin prejuicios ni miradas indiscretas y volver al derecho al goce que cada día se ve más opacado por los sistemas de control. Y por otra parte se valida a sí mismo al responder a un interés colectivo y una demanda general de espacios, de los cuales hoy se carece.

Es así como el ejercicio de aquel poder se encuentra “difuso, fragmentado, deslocalizado, es ubicuo, e impregna todas las relaciones sociales… Y propone una visión de la sexualidad como "promovido" a través de la construcción discursiva del sexo”6, esto quiere decir que el tema aún no es abordado abiertamente, planteando una perspectiva en la cual se convivan los intereses particulares de quienes deciden, con los deseos de los habitantes.

Es sobre esto último que aludo a Zizek para abrir un paralelo entre estas dos temáticas al relacionar “una tensión similar entre los derechos y las prohibiciones determinan la seducción heterosexual en nuestros tiempos políticamente correctos. O, en otras palabras, no hay ninguna seducción que no se pueda interpretar eventualmente como intrusión u hostigamiento, porque siempre habrá un punto en el que la persona tendrá que exponerse” 7

4 y 5. José M. Cortés: “Políticas del Espacio: Arquitectura, Género y Control Social”, Pág. 15

6 Foucault, Michel: “Historia de la Sexualidad, La Voluntad de Saber” Capitulo “El dispositivo de sexualidad”

7 Zizek, Slavoj: “Tú Puedes” Pág. 11

Si bien los dueños del Hotel utilizaron conocimientos multidisciplinares para edificar las habitaciones (diseñadores, psicólogos, etc.), buscando realzar la figura femenina y que ella se sintiera cómoda en aquellos espacios enalteciendo su imagen, es todo lo contrario lo que se logra, al fomentar el goce del hombre por medio del “objeto” mujer. Tal como plantea Cortés, es el hombre quien tiene la necesidad de poder y control sobre los espacios y las decisiones íntimas y públicas, así es como funcionan las relaciones dentro de la sociedad: el hombre como imagen genérica, el hombre como quien lleva en todo momento a la mujer. Es posible de ello desprender la analogía del poder político (gobierno) con las personas al determinar sus actos, decisiones, localización y hasta pensamiento con lo que hace el hombre, este Orden Social a menor escala se manifiesta en la relación heterosexual.

Conclusión

Teniéndose en cuenta la disgregación por géneros que se viven hoy en día, en el que el hombre – tal como menciona Lacan en sus teorías- es quien controla y determina las decisiones (incluso en la cama) sobre la mujer, a lo que hoy en día se manifiesta una respuesta de la cual la arquitectura se ha hecho parte, que es la de la independencia femenina y la creación de nuevos espacios para la satisfacción igualitaria de sus necesidades. La arquitectura participa activamente de las actividades sexuales, de manera más inconsciente que consciente, al ser un tema poco incursionado el del “programa recintual sexual”, por llamarlo de algún modo, apoyando en silencio las decisiones del género masculino (se sigue focalizando los intereses de ellos por sobre los de las mujeres) en la generación de la ciudad, porque si bien la arquitectura se actualiza y es capaz de reflejan en si misma a una sociedad (Lefevbre), aún omite ciertos cambios y apoca condiciones de opresión de género importante.

Es así como cabe preguntarse si el inicio de estos espacios como lo es el Hotel Valdivia es debido a la prohibición que ejercen los agentes configuradores de la ciudad estimulan aquel como factor de deseo, si subliman efectivamente por medio del ocultamiento y el constante "control total sobre los cuerpos vivos" (Foucault) es decir, todas las políticas económicas, geográficas y demográficas que establece el poder para dicho control son las que dar mayor deseo al habitante de espacios como el Hotel, el efecto de la causa represiva.

Si me baso en Freud, la respuesta sería afirmativa, ya que como el bien menciona “las reglas están para resquebrajarse, no para quebrarse”, esto quiere decir que el ser humano de manera genérica es incitado a responder mayoritariamente frente a factores de limitación o prohibición, y ya que acepta la vigilancia ejercida por el medio gobernante y no la impide en su actuar, apoyado esto con la morfología con la que la arquitectura conforma la ciudad, es sumamente lógico afirmar que la situación de solución que da el Hotel Valdivia como dispositivo de ocultación se seguirá dando cada vez más generalizado.

Bibliografía

· Cortés, José Miguel: “Políticas del espacio: Arquitectura, Género y Control Social”

· Foucault, Michel: “La historia de la Sexualidad. La Voluntad del Saber”

· Foucault, Michel: “Vigilar y castigar”, Editorial Madrid siglo XXI, 1998

· Izenour Steven, Scott Denise Brown, Venturi Robert: “Aprendiendo de Las Vegas.

· El simbolismo olvidado de la forma arquitectónica” Editorial Gustavo Gili, España

· Jameson, Fredric. “Posmodernidad y la lógica cultural del capitalismo tardío”

· Recalcati, Máximo.Brousse, Marie y Gerard Wajcman : “Las tres estéticas de Lacan”

· Zizek, Slaloj: “¡Goza tu síntoma!, Jacques Lacan dentro y fuera de Hollywood”

· Zizek, Slavoj : “ En defensa de la intolerancia”

· Libro: “Hotel Valdivia. El paraíso del Conquistador”

· http://www.hotelvaldivia.cl/

No hay comentarios:

Publicar un comentario