viernes, enero 14

“La vivienda social, y no tan social, de ayer y hoy, y sus proyecciones en Chile”

Profesora: Beatriz Navarrete

Alumno: Cristóbal Guerra Z.

Fecha: 03/12 / 2010

 

¿Cuáles principios de la arquitectura moderna siguen vigentes hoy al momento de proyectar viviendas en Chile?

Así como las grandes guerras europeas fueron el caldo de cultivo propicio para la inserción total de la arquitectura moderna en el resto del mundo, en Chile gracias a los terremotos de 1928 y 1939 se aceleró el proceso de modernización arquitectónica, debido a necesidades reconstructivas. Y si bien fue algo más atrasada la parición de la modernidad en nuestro país (nótese que cuando ya se fraguaba la modernidad en Europa a fines del SXIX, en Chile edificábamos cosas como el Museo de Bellas Artes), esta llegaría igual de forma sustancial en muchas obras aisladas a comienzos del SXX. Y no sería hasta un periodo entre los 50 y 60s que veríamos la aparición de grandes conjuntos habitacionales, y además con fuerte compromiso urbano-social. Así: “…en esos años, impregnados de idealismo, en los cuales las problemáticas sociales relacionadas al individuo y sus necesidades básicas (la vivienda) son el centro de la discusión política, es que se construye en Chile una de las obras de arquitectura moderna más conocidas tanto a nivel nacional como internacional.”*¹

Y esa obra es la Unidad Vecinal Portales (ó Villa Portales) construida a partir de 1954 hasta 1966 para la Caja de Empleados Particulares, y ubicada atrás de la Usach, en ese tiempo UTE. Es una personificación concreta de muchos ideales modernos, como: edificación sencilla y volumétrica (además en hormigón armado), una planta libre y verde, circulaciones por fuera de las viviendas (y hasta por arriba, en los puentes que conectaban los blocks), formas justas, buen espacio para cada familia evitando el hacinamiento típico de la clase obrera y previo a la modernidad.

Aún hoy en día, muchos conceptos modernos permanecen en la proyección en nuestro país; como una buena orientación hacia el sol (la buena arquitectura que se hace en el país, sin considerar esas cajas de más de 30 pisos “tipo-estilo internacional” que plagan el centro de Santiago), el hormigón armado que es hoy por hoy el material predominante en las edificaciones nuevas (no sólo puro, si no en otras técnicas constructivas mixtas), plantas libres, fachadas con grandes ventanas y muchos más.

clip_image001Lástima que sólo principios técnicos y arquitectónicos, y no los principios sociales que venían con la modernidad, como una mejora de la calidad de vida en general, con amplios espacios para vivir y áreas verdes incluso en las viviendas sociales, y la misma Villa Portales es un ejemplo de eso, basta con comparar los m² de uno de estos departamentos con los m² mínimos de lo que hoy se considera vivienda social (80-90m² v/s 50-55m² aprox.).

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*¹ : Revista Cientodiez. Vol 04. Santiago de Chile 2005.

Así es como quedan, además de lo evidentemente moderno en cuanto a su forma y construcción, pocos legados modernos al 100% en “cuerpo y espíritu” (potadores de ideales modernos), de los cuales además de la Villa Portales podemos nombrar: Villa Presidente Ríos, Torres de San Borja, la Villa Olímpica y unas cuantas más no sólo en Santiago, sino también en regiones.

Pero yendo más allá de meras palabras, analicemos algunos puntos del más importante “documento guía” de la arquitectura moderna, la Carta de Atenas:

clip_image002Según los enunciados 77*², 78 y 79, que hablan de la zonificación de áreas vemos como la Villa Portales incorpora esos planteamientos modernos, es más, en el punto 81 que habla netamente de recorridos separados es donde se hace más notoria esta síntesis de ideas modernas (en sus amplios pasillos y espectaculares puentes). También en el punto 82 que habla del aprovechamiento de las nuevas técnicas para darle altura a los edificios y así aprovechar las áreas de recreación es otro punto en que se “luce” la UVP. Finalmente en el punto 89 se ve como la Villa Portales es una “unidad” en ese sentido (no sólo de nombre) y en su relación con las áreas verdes.

En contraste, carece de lo tratado en el punto 83, una planificación general que lo enlace con su contexto (aunque esto es más bien falla de un plan metropolitano y no de la misma UVP).

En esto se hacen presentes manifiestos modernos concretos, pero analicemos otras obras modernas a lo largo de la historia de Chile. Si la Villa Portales es un válido referente de vivienda en los años 60, veamos ahora las Torres San Borja u Remodelación San Borja en los 70-80s.

clip_image003 La Remodelación San Borja es un conjunto habitacional ubicado en el centro de Santiago, a pasos del metro Universidad Católica y Baquedano, y cercano a la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile. La construcción de estos 20 edificios en altura, donde viven aproximadamente 10 mil personas, comenzó en 1969.

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*²: Puntos detallados del documento citado en el Anexo al final del ensayo.

Analizándola bajo los mismos puntos vemos que se sigue bajo un orden teórico netamente moderno en lo referente a la Carta de Atenas, tenemos:

Ya no presenta los puntos de zonificación total (77, 78 y 79) como la UVP, y quizás por su entorno más urbano y la difícil implementación coherente de estos puntos aquí, pero en el punto 81, zonificación de circulaciones, sigue teniendo una buena aplicación, sobre todo con sus puentes conectores que pasan por arriba de las circulaciones urbanas (más allá de los problemas sociales que esto haya podido traer).

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El punto de la altura 82, es otro aspecto usado de buena forma, y quizás mejor que en la UVP, y se aplica bien en el punto 83 de un plan que regule mejor con su entorno, por ser una solución de altura que se adapta más al centro de Santiago, siendo menos segregado de su contexto, no como la Villa Portales que es casi como una “isla”.

Y si bien ya no se presenta para esta década este conjunto habitacional como una “unidad” como lo era, de hecho, la UVP, si tiene una relación directa con áreas verdes en esa especie de parque cercano a la Facultad de arquitectura de la Universidad de Chile. Y si bien para el caso del soleamiento son edificios altos, ninguno se hace sombra entre sí, dejando espacios de recorrido público entre ellos donde también hay locales comerciales y generando placitas internas entre torres.

clip_image007Si llevamos estos mismos principios de buena vida, higiene y orden que nos presenta la Carta de Atenas a los referentes de nuestro siglo, nos quedan revisar las torres habitacionales que se levantan en todo el centro de Santiago (sin ir más lejos, a unas cuadras de nuestra universidad), podemos tomar ejemplos cualesquiera, ya que hoy abundan.

Y vale destacar que se mencionan estos conjuntos habitacionales de hoy porque si bien no son vivienda social, son conjuntos habitacionales válidos con los cuales podemos comparar. Ya que si comparáramos la Villa Portales, por ejemplo, que en su tiempo SI fue vivienda social, con una vivienda social de hoy probablemente no sea siquiera necesario comparar punto por punto los aspectos planteados en la Carta de Atenas, pues la vivienda social de hoy no cuente con ninguno de esos principios modernos, quizás, al menos, salvo en la materialidad. Y para que mencionar la popular “mediagua”.

En lo referente a los puntos planteados por la carta, tenemos que a pesar de que a priori pueda parecer que las similitudes con San Borja sean varias, no encontramos más que el punto 82 como legado moderno presente hoy. Donde se abandonó totalmente una búsqueda de mejor calidad de vida en pos de maximizar la ganancia por metro cuadrado. Ahora los edificios se tapan completamente y se yerguen sin respeto alguno por viviendas menores ubicadas en las cercanías.

Paradójicamente, cumplen el punto 83 a la perfección, ya que a pesar de no haber un plan maestro regulador de la ciudad (que si lo hay, de seguro no se respeta) se llevan de buena forma con el contexto, ya que proliferan en todas las cuadras de todo el centro.

Luego, finalmente, de los principios de la arquitectura moderna que siguen vigentes hoy en la proyección chilena, desgraciadamente predominan degeneraciones de tales conceptos, personificados en las grandes torres que se levantan más con un ánimo de lucro que de mejorar la calidad de vida, e incluso, disminuyen la calidad habitable de las viviendas aledañas.

Así como legados como el de la Unidad Vecinal Portales (UVP d ahora en adelante) se hacen escasos, y cada vez más el deterioro se hace evidente con el paso del tiempo y la mala mantención (y otros motivos más que se tocarán más a fondo después; como mala administración y programas de aseo y/o reconstrucción).

Pero de vuelta en el SXXI, hace poco nuestro país fue afectado por un terremoto, el cual ha puesto en la mesa el tema de la reconstrucción. También mucho se habló de una vivienda social definitiva, para evitar esas soluciones “parches” que son las mediaguas (y que al parecer no serán sólo un parche, sino permanentes). Entonces, ¿por qué no pensar, ahora que se puede partir de “cero”, en hacer bien las cosas? Ejemplos de buenas viviendas sociales, y hasta, comunitarias sobran en Chile más allá de los ejemplos habitacionales ya nombrados. Un ejemplo es la UVP, y es interesante, para este ensayo, revisarla.

Y si hablamos de resistencia a los terremotos, la misma Villa Portales resistió sin daño estructural alguno el sismo grado 8,8 que sacudió la zona centro-sur del país, cosa que muchos departamentos nuevos, por más dinero y menos m², no hicieron.

Entonces, analicemos primero, otros puntos por que expongo que es tan buena la solución de la Villa Portales.

Primero que todo soluciona, en parte, las cuestiones de espacio, al apilar varias viviendas en blocks de alturas, para dejar múltiples áreas verdes, tal vez algo desescaladas, pero que encajan con la idea de “vida comunitaria”. Y aún con este apilamiento en blocks, los espacios para las viviendas son bastante superiores a lo que se cataloga como vivienda social o casas del tipo DFL2. Basta con ver la anchura de pasillos y espectacular habitabilidad de los puentes conectores (los cuales hoy se recorren a medias por que están cerrados).

clip_image009Este mismo espacio para áreas verdes algo excesivo, y junto con la media altura de los departamentos, hace que ninguno se tape el sol con otro, mejorando habitabilidad, higiene y hasta aspectos impensados para esa fecha, como la bio-climática.

Dichas áreas verdes comunes, estos puentes inter-conectores, amplios pasillos y hasta jardines en ciertos techos hacen que tenga una vida en comunidad que nada tiene que envidiarle a un barrio de casas sin altura o a una villa más común. Basta con preguntarle a una señora de una torre del centro de Santiago, o del denominado “Sanhattan”, si conoce a las personas que viven en su mismo piso, y para qué hablar de las que viven en pisos superiores o inferiores, o mucho menos si tienen áreas verdes para compartir con ellos.

En aspectos mucho más técnicos, la misma construcción, de un hormigón crudo y a la vista (brutalismo en toda su expresión), es de excelente calidad y soportó recientemente, y sin problemas, el 5to terremoto más grande de la historia y muchos más.

Y para finalizar, este mismo hormigón presenta obras de arte. Si, pues cada uno de los 19 blocks habitacionales posee hermosos bajo-relieves del artista chileno Ricardo Irarrázaval (ver portada para un ejemplo). El mismo oficio exhibido en estos bajorrelieves, evidencia la preocupación por el hombre y su entorno, aportando dignidad y calidad a estas viviendas. Así se buscó darle vida y decoración a la arquitectura y hacer que elementos necesarios como revestimientos, fuesen motivo de agasajo visual para el habitante. Y si bien la modernidad reniega de toda decoración “porque sí” más allá de la forma, estos murales incorporan una dimensión simbólica y estética al hormigón y también al conjunto de viviendas que superan la condición puramente funcional, agregándole un “plus”. Sencillamente grandioso. Vemos como hay una preocupación por el hombre no sólo en sus condiciones físicas para habitar, si no en cualidades más allá de eso. Donde se le entrega al hombre (si, por esta vez y como pocas en la historia, a todo tipo de hombres) una vivienda no sólo de calidad física, sino también social.

clip_image011Ante toda esta maravilla de la modernidad, es imposible no preguntarse, ¿por qué no funcionó la Villa Portales (remitiéndonos netamente a su estado actual)? Para esto es conveniente tratar a fondo los problemas de deterioro, que no son simplemente por el inexorable paso del tiempo.

Primero, y quizás el más importante viene de la historia. “El año 1973 marca profundamente la historia de Chile y pone en jaque no sólo una manera de concebir y administrar la sociedad y el Estado, sino también las arquitecturas pensadas y construidas bajo ideologías que tenían como centro la vida comunitaria, pensadas para ser vividas tanto en los espacios privados como públicos. Quizás justamente la vida que se daba en los espacios públicos de este y de otros  conjuntos es uno de los aspectos que caracteriza el revolucionario concepto de: Unidad Vecinal. Los que siguen son años difíciles para la Villa: años de lucha política que tienen como escenario, además de otros icónicos lugares de la capital, también la Villa Portales, poblada en su mayoría por una de las clases sociales más profundamente afectada por el golpe: la emergente clase media.  Son los años del estigma, que la afecta también en la  actualidad etiquetándola como un lugar inseguro y con mucha criminalidad.”* ³

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* ³: Revista Cientodiez. Vol 04. Santiago de Chile 2005.

Por otro lado, encontramos el deterioro por mala gestión y mantención. Cuando dejó de existir la Caja de Empleados Particulares, la mantención empezó a correr por parte de los propios vecinos. Y ante la falta de cohesión social originada por el Golpe Militar, quedó a manos de unos pocos (los cuales, algunos, aún luchan por mantener lo que queda de la antigua Villa Portales). Así, los jardines se fueron secando, la pintura saliendo y las persianas cayendo.

Los mismos puentes que otrora conectaran los blocks, hoy no conectan con nada (estos puentes que era una solución simplista a un fenómeno fácil de solucionar sin alterar el concepto arquitectónico de la Villa) y no es por ningún terremoto, ni el del 85’ ni del pasado 27 de Febrero. Simplemente con los años las cubiertas de las casas y departamentos empezaron con filtraciones, por lo que algunas casas empezaron con la instalación de cubiertas del tipo americano, y luego pasó lo mismo con los departamentos bajo los puentes. Interrumpiendo su tránsito con unas horribles cubiertas a dos aguas de zinc. Esto denuncia la nula legislación en cuanto a normas de la Villa.

Otro aspecto a considerar en la poca rigurosidad con mantener la normativa es la “toma” de terrenos comunes de parte de las casas, las cuales en el reglamento original no son parte de la Villa Portales propiamente tal.

Un problema social es que la UVP es una ciudad geriátrica en su mayoría, ya que muchos de los hijos originales propietarios se han ido a vivir a otros lados (en parte también producto del estigma que dejó la dictadura), dejando que la población original envejezca ahí por el natural paso del tiempo sin ningún recambio. Y esto conlleva problemas del tipo práctico ¿Qué hace una señora de 80-90 años para bajar esas grandes escaleras? ¿Cómo se sube una camilla o un ataúd? Muchas quedan presas en sus propias viviendas.

Y gestionar un ascensor parece imposible por la Ley de Copropiedad, sin contar el problema de tratar de poner de acuerdo a un par de ancianos para que hablar de 2500 unidades de viviendas.

Ya en problemas más técnicos, el riesgo sanitario y gasto de agua y energía de edificios que tienen cañerías de fierro, canalizaciones con cables fuera de la norma y no cuentan con aislantes acordes con la normativa actual (problema de horro de energía). La mantención de todo esto que de por sí ya sería cara, y también de los jardines, se ve en otro aspecto social: el arriendo. Muchos de los propietarios se fueron a vivir a otros lugares en la dictadura, y hoy solo los arriendan, preocupándose muchas veces más de ganar dinero que de que el equipamiento de su departamento este en buenas condiciones, dejando eso a el habitante, el cual muchas veces no puede ni pensar en costearlo.

Y para qué hablar de que hubiera pasado si hubiera habido daños estructurales en la Villa. Quién pagaría los costos? La remoción de escombros? Al igual que en los anteriores problemas de mantención: casi nadie.

Y finalmente, en cuanto a terrenos colindantes con el Estadio Mariano y la Casa de Moneda (que le dan la espalda a la Av. Portales) se crea un terreno de nadie que es utilizado como vertedero de escombros, basura ilegal y otros actos poco decorosos de noche.

Así, habiendo analizado todos los pros que tiene la UVP con respecto a la vivienda social chilena y entrado a revisar parte de los problemas que tiene hoy por hoy la Villa (muchos acarreados desde el pasado), y considerando más que nada todos los puntos positivos, lo único que podría impedir la inserción de nuevas “unidades vecinales” en los terrenos devastados por el terremoto es el motivo de siempre: dinero. Un gran costo y un buen terreno. Pero como ahora está de “moda” tomar un pequeño terreno y exprimirlo hasta el máximo de ganancia, eso se traduce en menos metros cuadrados y una pésima habitabilidad, chapada en una carcasa de arquitectura moderna, post-moderna o como se le quiera llamar.

Evidenciando que falta un real compromiso social (por sobre el lucro), no solo con la arquitectura, si no con el hombre no olvidando que la primera está al servicio de este. Y si estas condiciones alguna vez llegan a darse otra vez en nuestro país, podremos gozar de una habitabilidad de lujo para todo tipo de clases sociales y una buena calidad de vida en comunidad. Aprendiendo, eso sí, de los errores cometidos en el pasado con la Villa Portales. Cabe destacar, antes de cerrar, que a pesar de su difícil existencia, re-lectura histórica y valoración de nuestro patrimonio arquitectónico y social de los últimos años, la Villa Portales sólo ha pasado de ser juzgada, históricamente, en una “sala de tribunales” a ser juzgada a un pabellón hospitalario donde se trata de todas formas de revivir. Porque a pesar de todos los programas como los”200 Barrios” o “Quiero mi barrio” que se han preocupado de entender las complejas problemáticas sociales y arquitectónicas que podrían ser la base para las ideas que lleven a una estrategia de recuperación del conjunto, aún no ha podido ser restaurada a como originalmente fue planificada. Quizás por no contar con una real inversión o tener aún ese estigma de un mal lugar, lleno de criminalidad e inseguridad.

Esto no hace más que demostrarnos que una de las labores que tenemos los arquitectos para con la sociedad no es sólo de proyectar el futuro, si no el hacernos cargo del patrimonio heredado del pasado, estudiarlo, entenderlo, y cuando sea necesario, recuperarlo pues de aquí es donde surgen las ideas para la ciudad del mañana(aunque no entraremos en detalles si es que se debiera o no recuperar la Villa Portales, cómo y a que costo, pues no es tema de este ensayo revisar eso). Pero aún así, y ante lo visto lo más probable es que este conjunto habitacional esté destinado a seguir igual (agonizando lentamente) por los próximos 50 años, el próximo terremoto, o quién sabe. Una Pena.

Finalmente, sólo nos queda concluir, para nuestro tema de la vivienda social: que de las problemáticas de financiamiento expuestas anteriormente, y ante la mejor situación económica que ostenta el país comparado con la década en que fue construida la UVP, sólo se hace evidente que para una vivienda social definitiva en Chile que mejore la calidad de vida física y social del hombre está todo… salvo eso mismo que hizo que se plantearan bajo-relieves artísticos en los muros: intención de hacerlo.

Tal cual como denunciaba el punto 73, y exigía el punto 95, de la Carta de Atenas. Y ante todo esto, surge la siguiente pregunta inconclusa, más allá de la realidad:

¿En desmedro de su deterioro, sería prudente utilizar la Villa Portales como referente a seguir en la proyección de conjuntos habitacionales para los arquitectos del Chile de hoy?

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Anexo

Carta de Atenas, manifiesto redactado en el IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) en 1933, y publicado 1942 por Le Corbusier. Puntos utilizados:

73- La violencia de los intereses privados provoca una desastrosa ruptura de equilibrio entre el empuje de las fuerzas económicas, por una parte, y la debilidad del control administrativo y la impotencia de la solidaridad social, por otra.

77- Las claves del urbanismo se contienen en las cuatro funciones siguientes: habitar, trabajar, recrearse (en las horas libres), circular.

78- Los planes determinarán la estructura de cada uno de los sectores asignados a las cuatro funciones claves y señalarán su emplazamiento respectivo en el conjunto.

79- El ciclo de las funciones cotidianas, habitar, trabajar y recrearse (recuperación), será regulado por el urbanismo dentro de la más estricta economía de tiempo. La vivienda será considerada como el centro mismo de las preocupaciones urbanísticas y como el punto de unión de todas las medidas.

81- Hay que revisar el principio de la circulación urbana y suburbana. Hay que efectuar una clasificación de las velocidades disponibles. La reforma de la zonificación que armonice las funciones claves de la ciudad creará entre éstas vínculos naturales para cuyo afianzamiento se preverá una red racional de grandes arterias.

82- El urbanismo es una ciencia de tres dimensiones y no solamente de dos. Con la intervención del elemento altura se dará solución a la circulación moderna y al esparcimiento mediante la explotación de los espacios libres así creados.

83- La ciudad debe ser estudiada dentro del conjunto de su región de influencia. El simple plan municipal será reemplazado por un plan regional. El límite de la aglomeración será función del radio de su acción económica.

89- A partir de esta unidad-vivienda se establecerán en el espacio urbano las relaciones entre la habitación, los lugares de trabajo y las instalaciones consagradas a las horas libres.

95- El interés privado se subordinará al interés colectivo.

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